Adivinen quien soy |
Por. Shmuel Kaffe |
Hola, quiero presentarme….. para ustedes soy probablemente una desconocida, ¡o tal vez no!. Seguro que muchas veces me han visto y no saben como referirse a mi, como comportarse frente a mi, o que vengo a decir en esta asamblea. ¿Quieren saber algo?, soy muy anciana y muy sabia, tengo todos los secretos del mundo y también muchas cosas que ustedes con los años han aprendido; sin embargo muchos de ustedes se han alejado de mi, e incluso lo que les enseñé han olvidado. Muchos me han vuelto la cara a pesar de que acompañé a vuestros padres y familias por generaciones.
Bueno déjenme que les diga, hace muchísimos años que estoy junto al pueblo que me eligió para vivir conmigo y ser parte de sus vidas.
A pesar de todo lo que he pasado con ustedes, me he mantenido siempre en el primer plano, todos los que me ven y conocen hablan de mi y repiten mis enseñanzas. Cuando me sacan, con temor y alegría me señalan al verme pasar. Hay momentos de júbilo durante el año en que me pasean y bailan conmigo por horas; hay momentos solemnes en que con mucha seriedad y respeto, me paro en frente del pueblo y ellos suplican por el mérito que tengo y piden perdón.
¿Han visto algo que no envejece ni cambia en el transcurso de los años, teniendo en cuenta que todo el mundo y la creación va cambiando de un momento a otro?
¿Cuántas veces han ido ustedes al juzgado? ¿Han visto o escuchado alguna vez que los abogados y jueces bailan junto a la audiencia con el código penal o la constitución del país en las manos? ¡raro pensamiento, ¿no?! ¿han escuchado que en algún país todos los habitantes tienen la obligación de estudiar sus leyes de día y de noche y que disfrutan de ello?… ¡Más raro aún!
¿Hay acaso un país, nación o reinado que desde que se creó no ha cambiado su código legal o su constitución y siga sirviendo a los habitantes como en el día que fue escrito?. Todos los gobiernos tienen parlamentos para modificar y crear nuevas leyes constantemente, especialmente aquellas que quedan obsoletas.
¿Hay acaso un país, nación o reinado que desde que se creó no ha cambiado su código legal o su constitución y siga sirviendo a los habitantes como en el día que fue escrito?. Todos los gobiernos tienen parlamentos para modificar y crear nuevas leyes constantemente, especialmente aquellas que quedan obsoletas.
¡Que extraño, a mi no me han cambiado!. ¿Saben quien soy? Soy un código perfecto que ha funcionado por miles de años, soy la Bendita Torá. Me han estudiado eruditos en todas las épocas, me han tratado de cambiar y no han logrado sacar un pedacito de letra de mi, me han traducido en todos los idiomas del mundo, me han criticado, analizado y acusado. Me han quemado y despreciado, sin embargo todos los códigos legales del mundo han basado sus leyes sobre mi enseñanza y sigo tan “viva” como en el día en que Di-s me entregó a Moshé y consecutivamente al pueblo de Israel. Si, soy la Torá y a pesar de que hay muchos que no conocen mi enseñanza, me veneran y me respetan, bailan conmigo y me mantienen como símbolo de la perfección y de la verdad que represento.
Muchos trataron de cambiarme, pero ya esta escrito “Todo el asunto que Yo les ordené a ustedes, éste cuidaran para cumplirlo, no agregarás ni quitarás de él”
(Deuterenómio 13-1)
Y… algo insólito, después de 2000 años de diáspora volvimos a nuestra tierra; cada comunidad trajo su Sefer Torá, el de España y el de Grecia, el del Norte de Africa y el de Holanda, el de Alemania y el de Argentina incluso de Kaifeng en la lejana China. Todos los Rollos de la Torá eran idénticos, el mismo contenido y la misma cantidad de letras.
(Deuterenómio 13-1)
Y… algo insólito, después de 2000 años de diáspora volvimos a nuestra tierra; cada comunidad trajo su Sefer Torá, el de España y el de Grecia, el del Norte de Africa y el de Holanda, el de Alemania y el de Argentina incluso de Kaifeng en la lejana China. Todos los Rollos de la Torá eran idénticos, el mismo contenido y la misma cantidad de letras.
Todo judío por generaciones ha recitado los trece principios de fe afirmando la veracidad de nuestra Torá y promulgando su carácter Divino. El octavo principio dice: “Yo afirmo con fe completa que toda la Torá que se encuentra ahora en nuestras manos, es la misma que le fue entregada a Moshé nuestro maestro …” y en el noveno versa así: “Yo afirmo con fe completa que esta Torá no será cambiada y ninguna otra será jamás entregada por El Creador…”
Tenemos la eternidad en nuestras manos, todas las leyes de las grandes civilizaciones desaparecieron, son solo ejemplares de museo, si es que aun existe una copia de ellas, ¡nuestra Torá vive!
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PARASHAH BAMIDBAR (En el Desierto)
Libro de Numeros (en espanol )
Antologia
Durante el segundo año del éxodo de Egipto, Moshé y Aharón recibieron orden de Hashem de contar a todos los israelitas varones cuyas edades oscilaban entre los veinte y los sesenta años. Estos varones quedaron sujetos a cumplir el servicio militar. El censo reveló que seiscientos tres mil quinientos cincuenta hombres estaban disponibles para cumplir sus deberes en el ejército. La tribu de Leví fue excluída del censo general a causa de su misión especial en el Mishkán (Santuario).
Debía mantenerse el orden y la disciplina en todo momento, ya fuera que los israelitas estuvieran acampados o en marcha. El campamento fue dispuesto en forma de cuadrilátero, con el Mishkán en el centro, protegido en sus cuatro lados por las tiendas de los levitas. Las doce tribus fueron divididas en cuatro grupos, cada uno de los cuales tenía el nombre de su tribu principal, y todas éstas formaban el cordón exterior. Iehudá, junto con Isajar y Zevulún, estaban ubicados en el lado oriental del campamento; Reuven, Shimón y Gad acamparon en el lado sur, Efraím, Menashé y Biniamín se ubicaron en el extremo occidental, y Dan, Asher y Naftalí en el área norte. Durante los viajes de la nación, el grupo liderado por Iehudá marchaba al frente, seguido por Reuvén, Efraim y, en la retaguardia, Dan, cuya misión sería cuidar de los rezagados y devolverlos a su tribu de pertenencia.
TODOS SOMOS IMPORTANTES
Esta porción siempre se lee en el Shabat ante Shavuot, el "la Estación del Dar de la Toráhh". Una conexión importante y obvia es que en el Toráhh, también, cada letra cuenta. Una letra que falte en el pergamino invalida al pergamino entero. Igualmente, un solo hijo o hija de Israel que falte, deja al pueblo hebreo, incompleto.
Nueve de los maestros más santos no pueden hacer un minián, pero si entra un niño en edad de bar mitzvá, el minián está completo. Cuando contamos a los hijos de Israel, no hay ninguna distinción. No miramos su apego religioso o su logro académico. El rabino y el rebelde, el filántropo y el pobre; todos cuentan; ni uno más, ni uno menos.
Si contamos a cada hijo e hija de Israel es porque cada uno cuenta, entonces eso implica una responsabilidad en la dirección comunitaria de asegurar que ningún miembro falte de una kehilá, y de la comunidad en total. Implica una responsabilidad para mantener dentro a esos hijos e hijas que están en la periferia de la vida según la Toráhh. Asegurarse de que se sientan que pertenecen y son bienvenidos, aun cuando no hayan pagado ninguna cuota de membresía. También significa que el judío en particular tiene compromisos y obligaciones. Si usted es importante, no se pierda. Lo necesitan.
La primera mitzvá del Libro Bamidbar, Números, el cuarto Libro de la Toráhh, es la de censar al Pueblo de Israel, como declara el versículo segundo: "Hagan el censo de toda la Congregación de los Hijos de Israel...". Por este motivo, la Guemará llama a todo este libro, con el nombre de Pekudím (cuentas).
El conteo –minián– de algo no guarda conexión directa con el elemento contado, ni evidencia, en absoluto, su importancia intrínseca, pues en el mero acto de "contar" todo tiene un valor idéntico, no hay diferencia entre lo grande y lo pequeño, sea en cantidad o en calidad. Cuando algo es contado, incluso lo más grande no es más ni no vale más que 1, mientras que lo más pequeño no es menos que 1. El conteo no señala, de ninguna manera, la importancia individual de los elementos contados. Todos somos importantes.
La Halajá (ley judía) establece que "algo contado no se anula". Esto es así porque el conteo pone en evidencia la peculiaridad del articulo contado. Es decir, una determinada importancia del género en cuestión es la causa de que se cuente cada uno de sus componentes de manera individual. Resulta, entonces, que si bien el censo no expresa el significado intrínseco ni el valor individual de cada uno de los componentes del género contado, sí pone de manifiesto la importancia del género en general respecto de otros grupos, clases o especies.
En este contexto, las palabras de nuestro Santo Maestro cobran vida: “Los cabellos de vuestra cabeza están todos numerados (contados)¨, como diciendo, “nunca seréis anulados, como nunca será anulado Israel”. Que estas palabras del Ribi HaKadosh nos sostengan a todos en el desierto del exilio que aun experimentamos.
¿Por qué el desierto?
Las palabras, "en el desierto de Sinai", indican que Di-s adrede eligió un desierto en el cual entregarnos Su Toráh. Hay varias razones de por qué Di-s prefirió un desierto a tierra habitada. Entre ellas:
a) Alguien lo ha dicho: En el desierto no hay ni oficinas, ni fábricas. Si vives en el desierto, lo más probable es que no tengas trabajo. No tendrás jefes diciéndote lo que hacer, ni empleados bajo tu mando. En el desierto no hay barrios, por lo que nunca vivirás ni en la mejor ni en la peor zona de la ciudad. No hay centros comerciales ni supermercados, por lo que tu único alimento será el Mana, y te calzaras los mismos zapatos durante 40 años.
Esa es la razón por la cual, según nuestros sabios, Di-s nos dio la Toráhh en el desierto.
Si nos hubiese entregado la Toráhh en Wall Street, El tendría que haber dispuesto una comisión directiva y a un CEO ( director general).
Si nos la hubiese entregado en la Tierra Santa, El tendría que haber decidido si la quería entregar en la religiosa Jerusalem, o en la mística Safed o en la tecnológica Tel Aviv. O quizás El prefería entregarla en un Kibutz Marxista o en un asentamiento sionista.
HaShem decidió que la Toráhh no tenga accionistas, ni estructura corporativa, ni social, ni política. En realidad no quería que tuviese ninguna estructura. Solo la Toráhh y nosotros.
b) Si la Toráh hubiera sido entregada en Eretz Israel, sus habitantes alegarían una relación especial con la Toráh. HaShem habló a los judíos en un lugar donde todos disfrutaban de libre acceso a fin de instruir que todo judío tiene una parte y obligación en la Toráh igual a aquélla de todo semejante judío.
c) Revelando la Toráh en el desierto, Di-s nos enseñó que a fin de volverse grande en estudio, uno debe hacerse a sí mismo como un desierto- eso es, hefker, sin dueño.
Estas palabras implican:
1. Al igual que un desierto es libre para todos para pisar sobre él, así un hijo de Israel debe ser humilde. Humildad es la conciencia de la propia pequeñez de uno. Es una virtud necesaria para tener éxito en el estudio de Toráh y para una vida feliz en este mundo. De todas es conocida la frase de nuestro Santo Maestro: “Aprended de mi que soy manso y humilde de corazón”, porque “Elohim rechaza a los soberbios pero da gracia a los humildes” y también está escrito: ¨Miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu y que tiembla a Mi palabra”.
2. "Volviéndose como un desierto" también implica que un hijo o hija de Israel debe estar listo para sacrificar el confort material por la Toráh. El concepto de "desierto" sugiere lo opuesto de civilización con su confort y lujos materiales. Un creyente puede tener la esperanza de progreso en el estudio de Toráh y cumplimiento de mitzvot sólo si él está preparado para hacer sacrificios en cuestiones mundanas.
3. Una característica adicional del desierto es su vaciedad. El intelecto de un hijo de Israel debe ser como el desierto, libre de elementos extraños, antes de que pensamientos de Toráh puedan enraizarse en él.
En realidad una vez que Elohim vio que entendimos el mensaje - que la Toráh no es producto de una era en particular, ni ámbito cultural, y que es posesión absoluta e inequívoca de cada uno de nosotros- El nos envió a las ciudades y pueblos de Su mundo, a las granjas y mercados, a las universidades y a los edificios de oficinas. El nos dijo que ahora que El hizo su parte, ahora es nuestro turno de hacer a la Toráhh relevante en el contexto de nuestros lugares y ambientes.
Nuestro Santo Maestro nos ordena ir por todo el mundo y hacerle discípulos entre todas las naciones, esto implica nuestra responsabilidad de recorrer toda la tierra y llenarla con el mensaje de la Toráhh que es el mensaje de nuestro Santo Maestro. Sus palabras se transforman en un gigantesco imán que atraerá a sí a todos los hijos e hijas de Israel que están fuera de los pactos y promesas dadas a nuestro pueblo.
Esta ordenanza también tiene aristas especiales para alcanzar a los no judíos, pues ya ha sido establecido que el judaísmo tiene una provisión para los creyentes de origen gentil (Siete Mandamientos Universales) y que forma también parte del legado mesiánico alcanzarlos y educarlos para que abandonen sus ídolos y se conviertan de corazón al Elohim de Israel. Precisamente el cuarto libro del CR que estamos comenzando a estudiar en este Shabat previo a Shavuot nos habla de esta gran mitzvá, pues “de tal manera amó Elohim a los gentiles que ha enviado a Su Hijo (Mesías) para que todo aquel que en él cree (su mensaje y méritos salvíficos) no ser pierda, mas tenga una parte en el mundo por venir”.
El tema del amor de Di-os por el pueblo hebreo no es nada nuevo. Sabemos que Dios nos ama con amor eterno. Los que ignoran de este amor son precisamente las naciones gentiles, sin pactos ni promesas, sin esperanza y sin Elohim en el mundo. A ellos también tenemos que alcanzar con el mensaje de la Torah, un mensaje dado en pleno desierto, traducido a todas las lenguas conocidas de entonces, de un valor universal único en su clase para la redención de todos, judíos y no judíos por igual.
Mientras nos preparamos para evocar la entrega de la Torah en Sinaí (Shavuot) pueda el Eterno que es bueno, concedernos la luz necesaria para hacer de la Torah, su mensaje y perspectiva, el vehículo apropiado para revelarnos la grandeza de Yeshua, nuestro justo Mesías y que iluminados así, encontremos las fuerzas necesarias para continuar adelante con la obra de la redención que nos ha sido confiada.
Shabat Shalom y Jag Sameaj para todos.
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El Ciclo de la Luna
Cuando Di-s le habló a Moshé en la tierra de Egipto antes de sacar a los judíos de allí, nos relata la Torá lo que generalmente se conoce como "la primer mitzvá (precepto) que les fue ordenada a los hijos de Israel". Dice la Torá:
"Habló Di-s a Moshé y a Aharón… Este mes es para ustedes, el comienzo de los meses, el primero es para ustedes, de los meses del año" (Shemot -Éxodo- 12:1-2).
La explicación simple de este versículo es que debemos tomar al mes de Nisán - en el que salimos de Egipto - como el primero de los meses del año, de manera tal que el mes siguiente - Iyar - sea considerado el segundo, Siván - el siguiente - el tercero, y así sucesivamente.
Sin embargo, Nuestros Sabios - de bendita memoria, en varios lugares del Talmud como también en los distintos Midrashim nos han enseñado que en esta mitzvá Di-s le ordenó a Moshé y a cualquier corte rabínica que le sucediera, que ellos deberían fijar los meses del año a través del cálculo del ciclo lunar:
"(Di-s) le mostró a Moshé la luna cuando estaba en su nacimiento, y le dijo: 'Cuando la luna se renueve, será para ti rosh jódesh (comienzo de mes)” (Mejiltá).
"Estudiaron en la Ieshivá de Rabí Ishmael: (el mandamiento) de la santificación del mes le fue difícil de entender a Moshé, hasta que el Santo - bendito es Él, le señaló con el dedo" (Menajot 29a).
¿Desde cuando se sabe la duración del ciclo lunar? ¿Es posible que en la Torá que Di-s le reveló a Moshé hace más de 3300 años, están incluidos datos astronómicos exactos, que la NASA y otros centros de investigación del mundo llegaron a descubrir sólo hace pocos años, gracias a los nuevos elementos electrónicos que tienen a su disposición?
Para nuestro asombro, la respuesta es un terminante: SI.
Como es sabido al comienzo del mes, la luna es vista desde la tierra con una forma parecida a la de una hoz que va creciendo con el correr de los días hasta llegar a ser, a la mitad del mes, una "luna llena". Luego, comienza a empequeñecerse hasta desaparecer de nuestra vista, para nuevamente "nacer". El día del nacimiento de la luna es el día del comienzo del mes judío (Rosh Jódesh).
Es necesario notar que por cuanto que los tiempos de las fiestas de la Torá de Israel son fijados de acuerdo a una fecha determinada en el mes, por ejemplo: el 15 de Nisan es Pesaj, el 10 de Tishrí - Iom Kipur, el 15 de Tishrí - Sucot, tiene una gran importancia legal la determinación exacta del día de rosh jódesh, y esto como explicamos, depende del tiempo del ciclo del mes.
En el Talmud es relatado:
"En una ocasión se cubrieron los cielos de nubes y pareció verse algo similar a la luna en el día 29 del mes. El pueblo pensó que ese día era el día de rosh jódesh, y pidieron que el Bet Din (tribunal rabínico) santificara el día. Les dijo a ellos Rabán Gamliel: Esto he recibido en tradición oral de la familia de mi padre: 'La luna no se renueva en menos de 29 días y medio (doce horas), dos tercios de una hora, y setenta y tres fracciones...'" (Rosh Hashaná 25a).
Rabán Gamliel, quien vivió en el siglo 1 de la era común, atestiguó que él recibió a través de la Torá Oral desde las primeras generaciones de la cadena de la tradición, que el ciclo de la luna nunca puede ser de 29 días.
Debemos notar que aquí cuando Rabán Gamliel habló de "fracciones", no se estaba refiriendo a lo que nosotros llamamos minutos, sino a fracciones de una hora, ya que nuestros Sabios utilizaron por razones de practicidad un sistema para medir el tiempo en el cual cada hora constaba de 1080 fracciones.
Ahora, prestemos atención a los cálculos de acuerdo con la Torá:
Ciclo de la luna = 29.5 días + 2/3 de hora + 73 fracciones de hora
Por cuanto que 1 hora consta de 1080 fracciones de hora:
Ciclo de la luna = 29.5 días + 720 fracciones + 73 fracciones de hora
Ciclo de la luna = 29.5 días + 793 fracciones
Convirtiendo las fracciones de hora en horas, es decir, dividiéndolas por 1080:
Ciclo de la luna = 29.5 días + 0.734259 horas
Convirtiendo las horas en días, es decir, dividiéndolas por 24:
Ciclo de la luna = 29.5 días + 0.030590 días
Ciclo de la luna = 29.53059 días
Cálculo científico
Después del estudio por medio de satélites, telescopios y supercomputadoras el científico en jefe de la NASA (National Aeronautics and Space Administration), Carl Sagan, llegó a la conclusión - sólo en los últimos años - que un ciclo lunar, desde su nacimiento hasta el siguiente ("synodic month") es de 29.530588 días!!! Como podemos ver hay una ínfima diferencia entre su cálculo y el cálculo de la Torá!!!
Sin embargo, nuestro asombro fue más grande cuando fue difundido un estudio más adelantado que se hizo en la ciudad de Berlín, en Alemania, en el cual esa minúscula diferencia entre el cálculo de la ciencia moderna y de la Torá se hizo más pequeña, pues el resultado de esa investigación fue que el ciclo de la luna es de 29.530589 días!!! (Astronomy and Astrophysics, Loudlt Börnstein Group, vol.1 sec. 2.2.4).
Nosotros, que creemos con completa seguridad que la Torá fue entregada a nuestro pueblo por el Creador del universo, sabemos que entre los detalles de muchas mitzvot (mandamientos) se nos han revelado grandes secretos de la creación del mundo, que D'os consideró que era necesario para nosotros saberlos, para poder cumplir aquellas mitzvot como corresponde.
El ejemplo del cálculo del ciclo lunar, que es necesario para fijar las fechas de las fiestas de la Torá, es uno entre muchos, pero alcanza con este ejemplo para que una persona inteligente, observadora y desprendida de influencias e intereses creados por conocimientos anteriores, llegue a la conclusión obligatoria, de que es absolutamente imposible que un ser humano haya escrito la Torá de Israel.
Así también entenderemos por qué Rabán Gamliel no dudó ni un solo instante, en contradecir al pueblo que vino a pedirle que consagre al nuevo mes, alegando sólo que él había recibido la tradición de que era imposible que en ese momento haya sido vista la luna nueva. Hoy en día, gracias a la ciencia moderna, todos tenemos claro que lo que ellos vieron no fue la luna nueva, sino que fue una imagen provocada por las sombras de aquellas nubes, que cubrieron el cielo esa noche.
Después de ver este ejemplo simple, solamente nos queda esperar pacientemente algún otro "descubrimiento" de la ciencia moderna, que se acercará un poco más a la Torá, al llegar al verdadero resultado del cálculo del ciclo lunar.
Como conclusión sólo nos queda recordar las palabras de Nuestros Sabios en el Midrash:
"'Por que ella (la Torá) es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a ojos de los pueblos, que escucharan todas estas leyes y dirán: Es un pueblo sabio e inteligente esta gran nación' (Devarim -Deuteronomio- 4:5).
¿Cual es la sabiduría y la inteligencia que está a ojos de los pueblos? La respuesta es: los cálculos astronómicos, y todo aquel que sabe realizar esos cálculos astronómicos y no los realiza, sobre él dice el versículo: 'Y las obras de D'os no han observado, y las acciones de Sus manos no vieron' (Ieshaiahu -Isaías- 5:12)" (Ialkut Shimoní, Vaetjanán 4).
Hoy en día, 2000 años después de la afirmación de Rabán Gamliel, con la sofisticación de la tecnología y la ciencia, en una generación que tiene como lema "ver para creer", también podemos demostrar claramente la verdad!!!
Basado charlas del Rabino Amnon Itzjack y fuentes Talmúdicas
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Devarim (Deutoronomio 11:13-32)
13 Si obedeciereis cuidadosamente a Mis Mandamientos (Mitzvots) que Yo os Prescribo hoy, amando al Eterno vuestro Elohim (Di-s), y sirviéndole con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma,
14 Yo Daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite.
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15 Daré también hierba en tu campo para tus ganados; y comerás, y te saciarás.
16 Guardaos, pues, que vuestro corazón no se infatúe, y os apartéis y sirváis a dioses ajenos, y os inclinéis a ellos;
17 y se encienda El Furor de El Eterno sobre vosotros, y Cierre Los Cielos, y no haya lluvia, ni la tierra dé su fruto, y perezcáis pronto de la buena tierra que os da El Eterno.
18 Por tanto, pondréis estas Mis Palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos.
19 Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes,
20 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas;
21 para que sean vuestros días, y los días de vuestros hijos, tan numerosos sobre la tierra que El Eterno Juró a vuestros padres que Les Había de Dar, como los días de Los Cielos sobre la tierra.
22 Porque si guardareis cuidadosamente todos estos mandamientos que Yo os Prescribo para que los cumpláis, y si amareis al Eterno vuestro Elohim (Di-s), andando en todos sus caminos, y siguiéndole a él,
23 El Eterno también echará de delante de vosotros a todas estas naciones, y desposeeréis naciones grandes y más poderosas que vosotros.
24 Todo lugar que pisare la planta de vuestro pie será vuestro; desde el desierto hasta el Líbano, desde el Río Eufrates hasta el mar occidental será vuestro territorio.
25 Nadie se sostendrá delante de vosotros; miedo y temor de vosotros Pondrá El Eterno vuestro Elohim (Di-s) sobre toda la tierra que pisareis, como El os ha Dicho.
26 He aquí Yo Pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición:
27 la bendición, si oyereis los mandamientos del Eterno vuestro Elohim (Di-s), que Yo os Prescribo hoy,
28 y la maldición, si no oyereis los mandamientos del Eterno vuestro Elohim, y os apartareis del camino que Yo os Ordeno hoy, para ir en pos de dioses ajenos que no habéis conocido.
29 Y cuando El Eterno tu Elohim te haya introducido en la tierra a la cual vas para tomarla, pondrás la bendición sobre el monte Gerizim, y la maldición sobre el monte Ebal,
30 los cuales están al otro lado del Yarden (Jordán), tras el camino del occidente en la tierra del cananeo, que habita en el Arabá frente a Gilgal, junto al encinar de More.
31 Porque vosotros pasáis el Yarden para ir a poseer la tierra que os Da El Eterno vuestro Elohim; y la tomaréis, y habitaréis en ella.
32 Cuidaréis, pues, de cumplir todos los estatutos y decretos que Yo Presento hoy delante de vosotros.
Devarim (Deutoronomio 22:12)
12 Te harás flecos (ZitZit) en las cuatro puntas de tu manto( Talit) con que te cubras.
Mathiyahu (Mateo. 6:56)
56 Y dondequiera que entraba, en aldeas, ciudades o campos, ponían en las calles a los que estaban enfermos, y le rogaban que les dejase tocar siquiera el borde de su manto (Los ZitZit del Talit); y todos los que le tocaban quedaban sanos
Mathiyahu (Mateo:14:36)
36 y le rogaban que les dejase tocar solamente el borde de su manto (tocar los ZitZit del Talit); y todos los que
lo tocaron, quedaron sanos.
Yohanan (Juan) 17:3
3 Y esta es La Vida Eterna: que Te Conozcan a Ti, (Adonay Elohejem Emet) El Unico Di-os verdadero, y a YeHoShua Ha Mashiaj (Jesus El Mesias), a quien Has Enviado.
YeHo Shua = Hashem salvara (Isaias 43:11) Yo, yo YHVH, y fuera de mi no hay quien salve.
Shabbat Shalom !!!
Sección de la Torá de esta semana
Parashat "Vaetjanán"
En esta ocasión: “La plegaria
Shabat Shalom
R’ David ben Israel ======================================================================
El 15 de Av es un día muy alegre en el seno del pueblo judío.
Dijo Rabán Shimón ben Gamliel: no hubo para Israel días festivos como el quince de Av y Iom Kipur . (Mishná Taanit 4: 8)
El motivo de Iom Kipur es, debido a que se trata de un día de perdón y disculpa; asimismo, por causa que es el día en el que fueron entregadas las segundas tablas de la ley. Pues en diecisiete de Tamuz Moshé quebró las tablas, como lo mencionamos antes, y en dieciocho de ese mismo mes trituró el becerro de oro, y retornó y subió al monte permaneciendo allí ochenta días, cuarenta para orar y cuarenta por las segundas tablas.
Si calculamos, doce días de Tamuz (los que quedan desde el 18, en el que Moshé volvió a subir, hasta acabar el mes), más los treinta días de Av, veintinueve días de Elul y nueve días de Tishrei, resulta que esos ochenta días concluyeron al final del nueve de Tishrei, y al siguiente día descendió y entregó las tablas. Este día, el 10 de Tishrei, celebramos Iom Kipur (ver en Rashi quien realiza en forma detallada el cálculo del tiempo; y ver en Tosafot Iom Tob):
Veamos algunas de las razones que determinaron esta consideración para el día 15 de Av.
El 15 de Av se permitió a los integrantes de las tribus de Israel casarse unos con los otros. Es decir, varones de una tribu con mujeres de otra tribu y viceversa.
Esta permisión fue necesaria porque antes de la conquista de la Tierra Prometida estaba prohibido. Ya que se buscaba preservar los patrimonios familiares, cuidando que no pase territorio de una tribu a otra.
La base de la prohibición citada se encuentra explicitada en los versículos:
"Ésta es la palabra que El Eterno ha ordenado respecto de las hijas de Tzelofjad, diciendo: sean ellas mujeres de aquel que sea bueno a sus ojos, pero únicamente con la familia de la tribu de su padre se casarán. La herencia de los Hijos de Israel no circulará de tribu en tribu; sino que los Hijos de Israel unirán cada hombre a la herencia de la tribu de sus padres".
"Cada hija que herede una herencia de las tribus de los Hijos de Israel se casará con alguno de una familia de la tribu de su padre, para que todos los Hijos de Israel hereden la herencia de sus padres. La herencia no circulará de una tribu a otra, pues las tribus de los Hijos de Israel unirán cada hombre a su propia herencia". (Números 36: 6-9)
Los sabios analizaron los versículos antedichos y hallaron que se trata de una prohibición exclusiva para esa generación, es decir, la de las hijas de Tzelofjad, que cruzó el desierto, y heredó la Tierra Prometida.
Antes bien, durante la conquista de la Tierra Prometida, el territorio de una tribu no debía pasar a otra tribu, tal lo estipulan los versículos. Pero después de la conquista de Israel, luego de que cada tribu recibió su parte, ya no existía este problema, y por eso, el 15 de Av se permitió que integrantes de las tribus de Israel puedan casarse unos con los otros.
OTRA CAUSA
Otra de las cosas que sucedió en 15 de Av fue, que dejaron de morir los varones que salieron de Egipto, tras hablar hablaron injurias de la Tierra Prometida, siendo por ello condenados a perecer en el desierto.
El desenlace de este hecho aparece detallado en la Biblia:
"Moshé envió doce hombres para explorar la Tierra Prometida. Estos se desplazaron y llegaron al lugar. Estuvieron allí durante 40 días, y al regresar, el día 9 de Av, dos de ellos - Caleb, hijo de Iefune y Ioshúa, hijo de Nun- elogiaron la Tierra, pero los otros diez presentaron un informe calamitoso: No podemos ascender a ese pueblo, pues es demasiado fuerte para nosotros. Trajeron a los Hijos de Israel un mal informe de la Tierra que habían espiado, diciendo: ¡La Tierra por la que pasamos para explorarla, devora a sus habitantes!". (Números 13: 31-32)
El pueblo tras oír replicó:
"Toda la asamblea se alzó y emitió su voz; el pueblo lloró aquella noche. Todos los Hijos de Israel murmuraron en contra de Moshé y Aarón, y toda la asamblea les dijo: Si tan sólo hubiéramos muerto en la tierra de Egipto, o si tan sólo hubiéramos muerto en el Desierto! ¿Por qué El Eterno nos trae a una tierra para que muramos por la espada? Nuestras mujeres y nuestros hijos pequeños serán tomados cautivos! ¿No es mejor que regresemos a Egipto?. Se dijeron los unos a los otros: Designemos un líder y regresemos a Egipto!». (Números 14: 1-4)
Tras estos hechos, Moshé suplicó a El Eterno que perdone al pueblo, y Éste lo hizo:
"He perdonado a causa de tus palabras. Pero por Mi vida y la gloria de El Eterno que colma el mundo entero: todos los hombres que vieron Mi gloria y Mis señales que realicé en Egipto y en el Desierto, y Me pusieron a prueba estas diez veces y no han hecho caso a Mi palabra, si vieren la Tierra que he prometido que daría a sus antepasados, y todos los que Me hacen enojar no la verán! (Números 14: 20-23)
Finalmente El Eterno sentenció
"No vendréis a la Tierra acerca de la cual elevé Mi mano en un pacto para estableceros aquí, excepto Caleb, hijo de Iefune y Ioshúa, hijo de Nun. Y a vuestros hijos pequeños de quienes dijisteis que serían tomados cautivos, los traeré; ellos conocerán la Tierra que vosotros habéis despreciado. Pero vuestros cadáveres caerán en este Desierto (Números 14: 29-32).
Después de la severa sentencia expresada, cada año, cuando llegaba el día 9 de Av, los varones cavaban su tumba, se metían en ella y pasaban allí la noche. Por la mañana, pregonaban "levántense los que están con vida".
Esta maniobra se repitió cada 9 de Av, hasta que en el año 40 de la salida de Egipto, los varones cavaron sus tumbas, se acostaron en ellas, y a la mañana siguiente, todos se levantaron, no hubo ningún muerto.
Al ver esto, pensaron que equivocaron la fecha, y consideraron que tal vez mañana es 9 de Av y no hoy. Por eso, todos durmieron en las fosas también la noche siguiente, y por la mañana todos estaban con vida.
Pero otra vez pensaron que tal vez erraron el cálculo de la fecha, y volvieron a pasar la noche en las fosas. Esto se repitió hasta que vieron la luna llena. En ese momento todos se alegraron y clamaron, ¡La luna está llena, estamos a mediados de mes, hoy es día 15! ¡Di-s nos ha perdonado!.
Ese día en que comprobaron que Di-s los perdonó fue el 15 de Av.
OTRA CAUSA
15 de Av fue el día en que se permitió a la tribu de Benjamín venir a la congregación. Este hecho consta en el libro de los Jueces:
"Los varones de Israel habían jurado en Mizpa, diciendo: Ninguno de nosotros dará su hija a los de Benjamín por mujer. Y vino el pueblo a la Casa de Dios, y permanecieron allí hasta la noche en presencia de Dios; y alzando su voz irrumpieron en un gran llanto, y dijeron: Oh El Eterno Dios de Israel, ¿por qué ha sucedido esto en Israel, que falte hoy de Israel una tribu -pues estaba extinguiéndose-?" (21:1-3)
A posteriori ocurrió que: "El pueblo tuvo compasión de Benjamín, porque El Eterno había abierto una brecha entre las tribus de Israel. Entonces los ancianos de la congregación dijeron: ¿Qué haremos con respecto a las mujeres para los que han quedado? Porque fueron muertas las mujeres de Benjamín. Y dijeron: Tenga Benjamín herencia en los que han escapado, y no sea exterminada una tribu de Israel. Pero nosotros no les podemos dar mujeres de nuestras hijas, porque los hijos de Israel han jurado diciendo: Maldito el que diere mujer a los benjamitas".
"Ahora bien, dijeron, he aquí cada año hay fiesta solemne de El Eterno en Shiló, que está al norte de Bet-El, y al lado oriental del camino que sube de Bet-El a Shejem, y al sur de Lebona. Y mandaron a los hijos de Benjamín, diciéndoles: Id, y poned emboscadas en las viñas, y estad atentos; y cuando veáis salir a las jóvenes de Shiló, a bailar en corros, salid de las viñas, y arrebatad cada uno mujer para sí de las jóvenes de Shiló, e idos a tierra de Benjamín".
"Y si vinieren los padres de ellas o sus hermanos a demandárnoslas, nosotros les diremos: Hacednos la merced de concedérnoslas, pues nosotros en la guerra no tomamos mujeres para todos; además, no sois vosotros los que se las disteis, para que ahora seáis culpados. Y los hijos de Benjamín lo hicieron así; y tomaron mujeres conforme a su número, robándolas de entre las que danzaban; y se fueron, y volvieron a su heredad, y reedificaron las ciudades, y habitaron en ellas. Entonces los hijos de Israel se fueron también de allí, cada uno a su tribu y a su familia, saliendo de allí cada uno a su heredad. (21: 15-25)
El día de la permisión a la tribu de Benjamín, fue en 15 de Av.
OTRA CAUSA
Fue el día en que Oshea hijo de Ala suprimió los guardias que había colocado Ierabam hijo de Nebat sobre los caminos para que no suba Israel a la festividad.
OTRA CAUSA
Fue el día en que se dio sepultura a los asesinados en la ciudad de Betar.
OTRA CAUSA
Fue el Día en el que interrumpieron la tarea de cortar maderas para el orden -maharajá-, por causa que se debilitó la fuerza del sol y las maderas no se secaban adecuadamente, y por tal razón temían por si había en ellas gusanos. Y toda madera que hay en ella gusanos es inepta para el orden -maharajá-. Y por cuanto que se culminó en este día la tarea de El Eterno lo convirtieron en día festivo, así como se hace un banquete cuando se termina la Torá (Tosafot Iom Tob).
Debido a que el 15 de Av y Iom Kipur, son días de alegría, la Mishná declara : "en ellos las jóvenes de Jerusalén salían con ropas blancas prestadas, para no avergonzar a quién no tiene; todas las ropas debían ser sumergidas en agua. Y las jóvenes de Jerusalén salían y danzaban en los viñedos (y aquellos varones que aun no tenían esposa solían llegar hasta allí).
¿Y qué decían (las jóvenes)?
Joven, alza la vista y mira, que es lo que escoges para ti - por mujer, no pongas tus ojos en los adornos - en la belleza de la mujer, orienta tu vista hacia la familia, en el linaje de ella, como está escrito, "Mentira es el encanto, y cual vapor es la belleza, una mujer temerosa de El Eterno, a ella haz de alabar"; y está escrito: "Dadle a ella según el fruto de sus manos, y que sus obras la alaben en los portones"
En el Talmud se explica: "las hermosas de entre ellas ¿qué decían? Pongan sus ojos en la belleza, que una mujer no es sino para belleza.
Las de alto linaje de entre ellas ¿qué decían? Orienten vuestros ojos hacia la familia, ya que una mujer no es sino para hijos.
Las de escasa belleza que había entre ellas ¿qué decían? Tomen vuestra mercancía en el nombre de El Eterno". (Talmud, tratado de Taanit, Rav Pinjas Kehaty)
Por eso fue un dia especial... hubo muchas bodas...y mucho amor
Proverbios 31"La mujer que teme al Eterno esa sera alabada"....
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TISHÁ B’AV
Por Dan ben Avraham
(5769-70)
Según la Mishná, (Taanit 4:6), en Tishá B’Av (El 9 de Av, cuarto mes del anuario bíblico), se conmemoran cinco trágicos eventos en la historia de nuestro pueblo:
1. El retorno de los doce comandos secretos enviados para observar la tierra de Israel en los días de Moshé Rabenu, diez de los cuales (la mayoría) dieron un mal reporte y causaron un grave daño a la moral del pueblo hebreo.
2. La destrucción del Primer Templo (586 a.M) y el segundo exilio de Israel (el primero fue el de las 10 tribus del Norte)
3. La destrucción del Segundo Templo (70 d.M)
4. La destrucción completa de Jerusalén por los romanos, un año después de su destrucción en el año 70.
5. La pérdida de la guerra del general judeano Bar Koshiva (nombrado “Mesías” por el Rabino Akiva) contra los romanos en el 135 d.M y el inicio del tercer exilio de Israel.
Debido a estas tragedias, los sabios tanaitas establecieron el ayuno de Tishá B’Av, precedido por las tres semanas de luto, para conmemorar esos hechos reflexionando en las causas que los provocaron a fin de mejorar nuestros caminos delante del Eterno hasta que Él, que es bueno, sea movido a misericordia y nos permita la reconstrucción del Estado de Israel, la ciudad de Jerusalén y finalmente, el Tercer Templo.
Analizando los hechos posteriores, aunque históricamente no podemos ser objetivamente categóricos en eso, otras tragedias están asociadas con o alrededor de la fecha de Tishá B’Av y son las siguientes:
- 1290 (d.M) los judíos fueron expulsados de Inglaterra.
- 1492 (d.M) se firmó el edicto de expulsión de los judíos de España.
- 1942 (d.M), se inició la deportación en masa de los judíos del Gueto de Varsovia, hacia Treblinka.
Cuando ponemos todos estos hechos (y algunos otros) en perspectiva, pareciera que alrededor de la fecha de Tishá B’Av, nada nos ha ido bien a los judíos. Por tal razón, algunos no han dudado en afirmar que “nuestra suerte disminuye en estos días” y por lo tanto, debemos evitar cualquier situación que implique la posibilidad de perder en un negocio, un caso en corte, o cualquier otro contexto semejante.
Sin embargo, las cosas comenzaron a cambiar para nuestro pueblo y así como miramos las calamidades, también debemos observar las grandes bendiciones que nos han llegado. Entre ellas, mencionamos las siguientes:
1. En 1948 (anuario secular), la resurrección del moderno estado de Israel tuvo lugar, transformándose así en una inequívoca señal de nuestra redención final como nación.
2. Nuevo años más tarde (1967), Jerusalén fue reconquistada por las Fuerzas de Defensa de Israel. Otra señal de redención.
3. En1980, Yerushaláyim unificada es nombrada “capital única e indivisible” de Israel, permitiéndose la construcción de casas para los judíos “en cualquier lugar de la ciudad”, tomando así dominio completo de su administración, a pesar de la oposición del mundo (Resolución 478 de la ONU).
4. En 2003, todos los elementos fundamentales para la reconstrucción del Tercer Templo así como sus utensilios sagrados y las vestiduras de los cohanim y levi’im, han sido declarados “listos” por el Instituto del Templo de Jerusalén.
5. En 2007, el rabino místico más grande de Israel, revela al pueblo que el nombre del Mesías es Yehoshua y que su manifestación en Israel, es inminente.
Los sabios tanaitas que establecieron estos días de luto y el ayuno de Tishá B’Av, no vieron con sus ojos ninguno de estos hechos previos (1948,1967,1980,2003,2007) y consecuentemente no tuvieron oportunidad de revisar su legislación y abrirse a la idea de que tal vez esos días de luto tenían que comenzar a ser remplazados por el comienzo de la alegría de la conclusión de nuestro último exilio.
Pero tenemos un precedente. Los sabios que vivieron en los días cuando el Primer Templo fue destruido, guardaron el ayuno de Tishá B’Av en memoria de aquellos tristes hechos de nuestra historia. Sin embargo, cuando la orden para edificar a Jerusalén tomó lugar y más tarde el Segundo Templo fue reconstruido (516-502 a.M) ellos no ayunaron más en Tishá B’Av, sino que lo transformaron en un día de regocijo y alegría, según las propias palabras de uno de los protagonistas de aquella generación, el profeta Zacarías ( 7:5, 8:19 ). ¿Qué podríamos hacer nosotros, la generación que ha comenzado a ver las señales de nuestra redención final?
El judaísmo ortodoxo en sentido general, declara que los días de luto y el ayuno, con todas sus prohibiciones, debe continuar vigente hasta el advenimiento del Mesías, quien será el encargado de reconstruir el verdadero Estado de Israel y el Tercer Templo (aun cuando algunas variantes existen, entre ellas, que el Tercer Templo descenderá ya construido desde el Cielo mismo).
El judaísmo conservador no tiene una posición definida, algunos consideran la resurrección del Estado de Israel como una señal de gran salvación para el pueblo judío y por tanto el ayuno de Tishá B’Av no debe ser completo. Otros opinan que ya no es necesario orar por la restauración de los sacrificios en el Templo siendo una mejor indicación de esperanza, las oraciones, cánticos y adoración en la sinagoga.
El judaísmo reformado nunca ha dado mayor valor al Templo ni a los sacrificios que allí tuvieron lugar, por tanto, Tishá B’Av no ha sido observado por ellos a la manera tradicional, sin embargo, debido a las otras tragedias que han tenido lugar en o alrededor de dicha fecha, se considera más bien una especie de “memorial day” (día del recuerdo) y se deja la libertad para que el que quiera ayunar, ayune, más no compulsoriamente.
El judaísmo netzarita tiene un enfoque único debido al factor Yahoshua como fuente de expiación para Israel y el mundo. Si aceptamos el hecho de que él es el Mesías anunciado por Moshé y los Profetas, sabemos que lo que no puede ser expiado por la ausencia del Templo o por las limitaciones de los sacrificios allí ofrecidos, ahora lo es de forma completa y total por nuestro justo Mesías.
¿Cuán relevante continúan siendo estos días de luto y especialmente Tishá B’Av para nosotros, cuando tenemos en cuenta estos eventos modernos que han ocurrido ante nuestros ojos y la seguridad de la expiación obrada mediante los méritos de nuestro justo Mesías, que no requieren los sacrificios del Templo para la expiación del pecado?
¿Cómo podemos tener luto y afligir nuestras almas con un largo ayuno por la falta de sacrificios para la expiación, cuando Yahoshua constituye nuestra total y completa expiación? ¿No es una contradicción ayunar y dolernos porque “no tenemos Templo ni sacrificios para la expiación del pecado”, y al mismo tiempo afirmar que Yahoshua es la fuente única y confiable de expiación que existe?
Si la generación que vio la reconstrucción de Jerusalén y del Segundo Templo detuvieron, al menos mientras el Segundo Templo estuvo en pie, el luto y el ayuno por la destrucción del Primer Templo (mostrando con eso que la única y válida causa del ayuno está relacionada directamente con Yerushaláyim y el Templo, aunque otros hechos trágicos hay ocurrido alrededor de la misma fecha) ¿cómo debemos reaccionar ante estos hechos modernos que han tenido lugar, cuando todo judío en el mundo tiene completa libertad para hacer aliyá (excepto los que creemos que Yahoshua es el Mesías, que continuamos siendo víctimas del anti-semitismo de aquellas autoridades que todavía se oponen a nuestro derecho judío a vivir libremente en la tierra de Israel como el resto de nuestros hermanos) y vivir en cualquier lugar de Eretz Yisrael?
¿No constituye una negación velada de Yahoshua como Mesías, el llorar y afligirnos con ayunos porque “no tenemos cohén que interceda por nosotros” ni “Templo” donde nuestra expiación pueda ser completada? ¿Cómo podemos los que seguimos a Yahoshua como fuente de expiación, estar de luto por no tener dónde ofrecer los sacrificios de nuestra expiación?
¿Qué importancia tiene Jerusalén y el Templo para los judíos netzaritas? Todas estas preguntas son válidas y debemos dar una respuesta y es la siguiente.Independientemente del hecho de la única fuente de expiación en Yeshua, tanto Yerushaláyim como el Templo, tienen gran importancia para nosotros.
Nuestro Santo Maestro prohibió “jurar por Yerushaláyim”, porque es la “ciudad del Gran Rey” y además, “lloró sobre ella” al ver que no conocía “el tiempo de su visitación”. El regreso del Maestro tendrá lugar en Yerushaláyim, no en ninguna otra ciudad del mundo y su trono será establecido allí para sanidad y la paz de toda la tierra. Por tanto Yerushaláyim ocupa un lugar único en el judaísmo netzarita.
Además de esto, los netzaritas originarios, que conocieron personalmente al Maestro, después de su partida continuaron haciendo de Yerushaláyim y el Templo, su centro de reunión por excelencia. Cuando Rav Shaul visitó a los emisarios del Ríbi en Jerusalén, se le aconsejó ir al Templo y ofrecer las ofrendas de purificación relacionados con el voto nazareo, lo cual fue hecho por el apóstol a los gentiles sin titubear. Nada de esto habría tenido lugar si Yerushaláyim y el Templo hubieran sido destruidos.
De modo que para el judío netzarita, Yerushaláyim y el Bet Hamikdash tienen un valor magnífico para la obediencia de ciertos mandamientos de las Escrituras Sagradas. Su ausencia representa una pérdida de oportunidades de obedecer con ciertas mitzvot de la Torah. Y consecuentemente, sentimos en carne propia esa situación, aunque no en la misma medida que nuestros hermanos que aun no conocen de la fuente de expiación que tenemos en Yahoshua.
Cuando ponemos estas cosas en su perspectiva apropiada, entendemos que hacer duelo y ayunar en Tishá B’Av no es simplemente por la destrucción de un edificio de grandes piedras y hermosa arquitectura.
No significa que hacemos luto porque estamos huérfanos, sin Padre que nos escuche y atienda. Tampoco indica que estemos carentes de la presencia de la Brisa Divina (Rúaj HaKodesh) en nuestras vidas, ni que andamos en soledad y tinieblas. Todo lo contrario, la luz de Mashiaj irrumpe en cada momento nuestras vidas y nos mantiene llenos de energía, fuerza y esperanza. Pero como dijo el Maestro, “esto era necesario hacer, sin dejar de hacer lo otro”.
No hay contradicción entre la reconstrucción de Yerushaláyim y el Templo y Yahoshua. Solamente un hermoso y divinamente ordenado complemento. El libro de Revelaciones indica que la obra del Eterno no estará concluida hasta que una nueva Jerusalén y un Nuevo Templo sean establecidos en Israel para siempre, solamente así, la historia de la redención habrá concluido y el inicio de las edades eternas nos absorberá para siempre.
Debido a la destrucción de Jerusalén y el Templo en el año 70 de nuestra edad presente, los creyentes de origen no judío comenzaron a perder sus nexos con nuestra ciudad, con nuestros líderes apostólicos y con nuestra historia sagrada.
Eventualmente vino un divorcio completo de estas magníficas realidades y el resultado fue el surgimiento de un cristianismo tan espiritual y filosófico que perdió su perspectiva histórica y sus vínculos con el olivo natural, el Israel de Di-os, donde han sido injertados sobrenaturalmente.
Ese cristianismo lo espiritualizó todo de una forma tan helenista, tan abstracta, que devino en una teología celestial, separada de su realidad histórica real y torciendo las escrituras apostólicas, movieron el Reino de Di-os hacia “los lugares celestiales”, comenzando a ver lo material y lo histórico, como una pérdida y no como una ganancia, sin comprender que lo opuesto a lo espiritual no es lo material, sino el pecado. Cuando el Eterno creó el mundo material, incluyendo al hombre, declaró que “todo era bueno en gran manera”.
Por tanto, lo contrario a la espiritualidad no es lo material, sino la violación de las leyes divinas que aplican a cada uno, que nos desvinculan de la riqueza del bien material y lo transforma en un mundo de idolatría e ilusiones teológicas. El resultado de eso fue una esquizofrenia generacional que robó a los cristianos su identidad histórica y los hizo un movimiento “universal o católico” amorfo, sin conexión tangible con el pueblo escogido, como tampoco con sus propias naciones de origen.
Así que por un lado no tienen sentido de pertenencia ni con Jerusalén, ni con Israel, ni el Templo ni el pueblo judío, como tampoco con sus propias etnias nacionales, por razones culturales y religiosas evidentes.
Esto es lo que explica por qué muchos cristianos, todavía influenciados por el anti-semitismo velado que subsiste en la teología cristiana del reemplazo, no pueden entender cómo un judío creyente en Yeshua como Mashiaj, ayuna en Tishá B’Av; para ellos es una completa contradicción, para nosotros, la cosa más entendible y natural del mundo, cuando es colocado en su perspectiva histórica y redentora apropiada. Sin Jerusalén y sin el Templo, una serie de profecías bíblicas no podrían ser cumplidas en su totalidad.
Mientras esas profecías no se cumplan, y la restauración de todas las cosas tenga lugar, el Mesías será retenido en los cielos. Si queremos que el Mesías venga ya, debemos hacer todo lo que esté a nuestra mano (orar, ayunar, cumplir mitzvot, amar y no odiar, edificar y no destruir) hasta que tales eventos faltantes también se cumplan.
No lloramos la ausencia del Templo porque la Presencia Divina se haya retirado de nosotros o porque no podamos encontrar espiritualidad, o porque estemos “huérfanos” y sin esperanza, sino porque entendemos cuánta oportunidad perdimos, cuánto daño nos hicimos unos a otros, sin causa, cómo nos expusimos a la vergüenza pública unos a otros y cuánto hicimos alejar de nosotros Su gloria para que los enemigos tuvieran ocasión de burlarse de nosotros y poner en tela de juicio el Honor de nuestro Padre en los cielos.
Por eso los netzaritas nos dolemos y lloramos y sufrimos con nuestro pueblo, no porque la Divinidad o la espiritualidad no puedan ya ser encontradas aquí en la tierra, por el contrario, en y a través de Mashiaj, están ahora más accesibles que nunca a todo el que tenga sed y quiera venir y comprar, “sin dinero y sin precio”.
Desconectados de Israel y de Yerushaláyim, los cristianos perdieron un sentido de pertenencia importante y no tuvieron otra alternativa que trasladar todo al mundo espiritual y a un “hogar más allá del sol”, declarando esta tierra como condenada a la muerte y la destrucción. Este no es el pensamiento judío ni netzarita.
El final de la historia de la humanidad no será en el cielo, sino aquí en la tierra. El mensaje de nuestro Maestro no es que nos llevará a una Nueva Jerusalén “más allá del sol”, sino que una nueva Jerusalén “descenderá del Cielo” y un Templo Nuevo será establecido para siempre aquí en la tierra de Israel.
El más joven y cercano estudiante del Ríbi nos dirá en uno de sus libros: “Vi que descendía del séptimo cielo, de la Presencia misma de Di-os, la ciudad apartada y escogida, una Yerushaláyim nueva, dispuesta como esposa lista para entrar bajo la jupa con su esposo. Y me fue permitido oír un bat kol gadol (una gran voz profética) procedente del trono que decía: “He aquí el Templo (Tabernáculo) de Di-os con los hombres y habitará en medio de ellos y le serán por pueblo y Di-os mismo estará dirigiéndoles” (Revelaciones 21:2-3).
En su famoso libro, El Kuzari, Rav Iehuda Halevi es consultado por el rey, "¿Por qué otras religiones ofrecen muchas promesas y descripciones del cielo y del mundo por venir que las que se encuentran en la Torá?". Él responde que esas religiones no tienen otra opción más que enfatizar el mundo después de la muerte; de ese modo nadie puede desafiar cualquier cosa que digan. Además, hay muy poco que pueden ofrecer en este mundo. La Torá, sin embargo, no tiene necesidad de retrasar sus promesas hasta el mundo venidero. Su énfasis es en este mundo porque tiene mucho para ofrecer aquí. Puede, por lo tanto, darse el lujo de hablar poco sobre el mundo por venir. La Torá nos desafía a elevar este mundo hasta la perfección, para crear el Reino de Dios aquí. Claramente enfatiza el mandato de Dios: “Yo seré su Dios y ustedes serán Mi pueblo”.
Este no es un sueño helenista, sino el sueño judío, aquí en la tierra, en Yerushaláyim, con Mashiaj reinando allí para sanar las heridas de un mundo destruido y alienado con Di-os. Es cierto que cada uno de nosotros es como un pequeño santuario donde debe morar el Espíritu del Viviente, pero esa es una experiencia personal que tiene su valor y su lugar. El Templo de Jerusalén es una experiencia colectiva y nacional. Con la presencia del Templo el desafío por la edificación del Reino de Di-os es mucho más entendible y cercana a nosotros, como lo ha sido la resurrección del Estado de Israel, principio de nuestra redención final.
No es lo mismo leer las Escrituras teóricamente, que visitar en la tierra misma de Israel, los lugares históricos y proféticos que en las Escrituras se narran. Cuando pisas la tierra de Israel, cuando atraviesas el desierto de Judea y andas por las colinas de la Galilea y cruzas su lago desde una rivera a la otra, y visitas las ruinas de Kefar Nahum (Capernaúm) y Corazín y Betzaida y tocas con tus manos las piedras de Jerusalén y visitas las tumbas de los profetas, entonces entiendes mejor la Biblia y te identificas mejor con tu fe y esperanza, tomando así nuevas fuerzas para hacer tu parte aquí y ahora, en la redención final.
El Templo en pie representa para nosotros como judíos, la posibilidad real de atraer la Presencia Divina en medio de los hombres y encarnar históricamente, los deseos espirituales en cada persona y en cada generación.
Y esta es la razón por la cual el propio Yahoshua volcó las mesas de los cambistas y prohibió cruzar el atrio del Templo llevando cargas y declaró el Templo, “Casa de mi Padre”. Ignorar esto es una grave pérdida y una seria distorsión del mensaje y enseñanza de nuestro Santo Maestro.
En la misma medida que el pueblo cristiano se fue alienando progresivamente de esta fuente básica de espiritualidad contextual, fue perdiendo también su identidad con el pueblo judío, su pueblo, y se vio de pronto en una nebulosa teológica de la que muchos todavía no han despertado.
Para el judío netzarita la destrucción del Templo no significa una pérdida que nos impida alcanzar la cercanía con Di-os. Cuando cuidamos lo que comemos, cuando bendecimos al Eterno por cada bien que recibimos, cuando amamos a nuestro prójimo, cuando no avergonzamos a nuestros hermanos en público, cuando hablamos de Torá mientras nos reunimos alrededor de la mesa del Shabat, etc., revelamos que la Presencia del Eterno se encuentra en medio nuestro, pues el espíritu de Mashiaj nos hace factible ese encuentro permanente con la Divinidad.
Como netzaritas, la esencia de nuestras vidas es una constante revelación de vivir en la Presencia de Di-os, teniendo conciencia que por los méritos de Yahoshua, Él está aquí con nosotros, presente en nuestras vidas y esto es la fuente de nuestro sentido de espiritualidad y misión.
Los netzaritas sabemos que cada uno de nosotros es un Templo, un santuario para morada del Espíritu de Di-os. El Templo nos ayuda a entender cómo funcionar como pequeños santuarios vivientes. Sin Mashiaj, el duelo puede significar el grito por el retorno de la Presencia de Di-os en medio de Su pueblo, pero con Mashiaj, es un grito diferente, el grito porque todo nuestro pueblo, finalmente, reconozca los beneficios de la expiación que brotan seguros del sacrificio de su alma pura.
Resumen
En resumen, por un lado, Tishá B’Av es un magnífico tiempo para reflexionar sobre cuánto hemos sufrido, entender sus causas y rogar al Santo Bendito Sea, complete la obra de la redención final que ha sido iniciada.
Por el otro, al contemplar todas las señales de redención nacional que nos han sido dadas en nuestra generación (1948,1967,1980,2003,2007) y las que vienen de camino, sabemos entonces que estamos más cercanos que ninguna otra generación a nuestra redención final. Y esto tiene que ser un motivo de gozo santo pues el Eterno nos ha traído de la mano a lo que fue la esperanza milenaria de nuestro pueblo y ya lo avistamos.
¿Cómo armonizar entonces ambos elementos? ¿Cómo ayunar, llorar de luto por la destrucción del Templo, abstenernos de comer, beber, bañarnos, perfumarnos y de relaciones sexuales, durante la noche y el día del 9 de Av y al mismo tiempo alegrarnos por todas estas marcas proféticas que indican que estamos llegando ya a la aurora de la revelación de Mashiaj y nuestra redención final?
La costumbre entre los miembros de nuestra Alianza es el siguiente:
En la víspera del 9 de Av, es decir, hacia el final del día 8 de Av, comemos la comida final (Seudat Hamafseket) antes de iniciar el ayuno propiamente dicho. En esa comida no debe faltar, si es posible obtenerlo, un potaje de lentejas rojas, por su simbolismo. Una vez puesto el sol, ya no comemos más y se declara iniciado el ayuno.
La noche del comienzo de Tishá B’Av la invertimos en oración, reflexión y estudio del libro de Lamentaciones. Al día siguiente, hacemos nuestras oraciones matutinas correspondientes y estudiamos el libro de Job, hasta Minjá guedolá. Una vez concluida la oración de Minjá, levantamos el ayuno antes de la caída del sol y servimos una suculenta comida, con abundancia de carne y vino, como hicieron nuestros ancestros que vivieron en los días del Segundo Templo, tomando los cuatro días de ayuno que conmemoraban la destrucción del Primer Templo y los transformaron en días de gozo y de fiesta incluso, el mismo día 9 de Av.
La entrega del ayuno para el tiempo de Minjá guedolá (entre la hora sexta y la novena del día) significa que la fuente de expiación que encontramos en el Mesías está vigente y que las señales de redención que nos están siendo enviadas, no son casualidades históricas, sino hitos proféticos que revelan ya la cercanía irreversible de nuestra redención final.
Al hacerlo así, declaramos que “ya, pero todavía no” hemos sido completamente redimimos como nación pero ahora, más que nunca, debemos reflexionar sobre todos los hechos que en tiempos como estos han acontecido a nuestro pueblo para superar las causas que nos llevaron a esas tragedias y preparar así, en medio de las señales de la redención final, el camino para el retorno de nuestro Santo Maestro quien claramente nos advirtió de esta actitud al decirnos: “Cuándo todas estas señales tengan lugar ante vosotros, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra gueulá (redención) está cercana” (Hillel 21:28).
Leyes más importantes que rigen el 9 de Av en nuestra Alianza:
1. Prohibido comer y beber durante el ayuno hasta su entrega hacia el tiempo de Minjá guedolá. Incluye hombres y mujeres, aun cuando éstas se encuentren embarazadas o amamantando. También los niños y niñas y mayores de 11 años. Personas ancianas o enfermos que requieran alimentación, pueden hacerlo, pero en cantidades inferiores a las que normalmente comerían. Lo mismo aplica a los niños menores de 11 años, que si requieren alimentos se les puede suministrar, pero en cantidades inferiores a un día normal, pues que así van aprendiendo.
2. Prohibido bañarse durante el tiempo del ayuno, pero se permite lavarse las manos y los ojos. Las mujeres en sus días que requieran lavado, pueden hacerlo como normalmente lo hacen.
3- Prohibido untarse cremas, aceites o perfumes, porque atenta contra el espíritu del ayuno comunitario.
4- Prohibido salir de compras o hacer trabajo secular innecesario, pues esto roba la concentración e intención del ayuno.
5. Prohibido tener relaciones conyugales.
6. Prohibido ver televisión o escuchar la radio o similares durante el tiempo del ayuno porque desvía la atención a la razón por la que ayunamos.
7. Prohibido hacer negocios durante el tiempo de ayuno.
8. Está permitido preparar los alimentos para la entrega del ayuno, pero esto debe hacerse al final del tiempo de ayuno, para no perder la concentración del propósito del ayuno.
9. Está permitido usar zapatos de cuero porque los netzaritas no requerimos de los sacrificios de animales para la expiación de nuestros pecados. De lo contrario sería poner en ridículo nuestra fe.
10. Esta permitido bañar a un bebé y aplicar aceites o cremas a su piel como se hace normalmente.
11. Desde la noche de Tishá BeAv hasta el mediodía siguiente, está permitido sentarse en el piso o en un silla de menor altura que las que usamos regularmente. Esto nos ayudará a comprender el tiempo que vivimos.
12. Debe evitarse toda actividad que conduzca a la frivolidad.
13. Debe dormirse con menos comodidad que el resto de las noches.
14. Uno no debe usar la ropa fina en Tishá BeAv.
15. La comida posterior al ayuno, debe evocar la presencia de Mashiaj y el regocijo de la cercanía de nuestra redención final. Por tanto, los netzaritas en nuestra Alianza, hacemos un brindis por la memoria de Mashiaj en la conclusión del ayuno.
Nota: Todas las prohibiciones mencionadas son aplicables desde la puesta del sol de la víspera de Tishá BeAv hasta el final del ayuno en el tiempo de Minjá guedolá. Cuando el ayuno concluye en la víspera del Shabat, se hace la preparación del Shabat en Tishá B’Av. Si Tishá B’Av cae en Shabat, se posterga para el primer día de la semana. Que al santificar este ayuno, elevemos más y más nuestro sentido de expectación mesiánica y que podamos ver el regreso de nuestro justo Mesías, pronto y en nuestros días.
¿Yerushalayim? |
Por. Rav Emanuel Feldman
De donde proviene el nombre Yerusahalayim - Jerusalem??
El punto clave de Rosh Hashaná es, por supuesto, el Akedá (esta palabra denota la acción de amarrar a Isaac antes de colocarlo sobre el altar). Lo curioso es que D's no dice a Abraham donde está exactamente el Moriah (Monte del Templo), lugar donde debe realizarse el sacrificio, sino que simplemente le dice, "al ajad heharim", "en una de las colinas".
¿Qué característica tiene este Moriah? ¿Por qué fue elegido?
Sólo sabemos una cosa: no es la primera vez que suceden grandes acontecimientos en ese lugar. Ya diez generaciones antes de Abraham, Noé sobrevivió al diluvio y construyó un altar para ofrecer un sacrificio a D's como signo de agradecimiento; y nuestra tradición nos cuenta que esto aconteció en esa misma colina.
Nueve generaciones antes de Noé, los hijos de Adán, Caín y Abel, ofrecieron sus propios sacrificios a D's; uno fue aceptado, el otro rechazado. Y esto también sucedió en Moriah.
Pero incluso antes de Caín y Abel, en los amaneceres de la historia, el hombre realizó allí su primer sacrificio. Se nos dice que Adán dio una ofrenda a D's al ser creado, y que esto también sucedió en esa misma tierra sagrada, ¿Y de dónde socó D' s el polvo con que dio vida a Adán? Lo tomó, dice Maimónides, reflejando una antigua tradición judía, de este mismo lugar misterioso que luego se llamaría Moriah (Bet Ha-bejirá 2:2).
Está claro entonces que ese lugar hacia donde se dirige Abraham con su hijo Isaac para realizar el sacrificio, no es un sitio geográfico común. Tiene todo un significado histórico, lleno de recuerdos y visiones que nos permite relacionarnos con nuestros antepasados.
Este lugar será llamado Jerusalem más adelante. Se construirá el Templo en este sitio de donde "emanarán la palabra del Señor y la Tora", las enseñanzas de D's a la humanidad. Esta será la Ciudad Santa, fuente del poder espiritual de Am Israel (el pueblo judío), morada terrenal de la “Shejina” (la presencia divina), ciudad amada de D's. Será el escenario de las batallas más obstinadas de Israel, verá exilio, sitio y destrucción, pero luego vendrán el renacimiento, restauración y redención. Se la disputarán las naciones más poderosas de la historia, pero siempre pertenecerá a los hijos de Abraham. Será una ciudad que incluso en la segunda mitad del siglo XX -unos cuatro mil años después- aún estará en primera plana y será lo más importante en la conciencia de su pueblo, el sagrado pueblo de Israel.
Y Abraham e Isaac están por darle su momento más sublime: La Akedá.
Este lugar no siempre se llamó Jerusalem. Tuvo otros nombres antes. ¿De dónde proviene entonces este nombre que conocemos hace miles de años?(En la Tora un nombre no será nunca casual, porque de él derivamos la esencia de un objeto o persona). ¿Cuál es la esencia de esta Ciudad Santa, generadora de nuestro poder espiritual?
Existe un Midrash fascinante: Uno de los hijos de Noé, Shem, ya había dado un nombre a este lugar. Shem fue el precursor de los Semitas; vivió nueve generaciones antes de Abraham. Shem gobernó esta área donde han sucedido tantas cosas. Se le identifica en el Génesis como el" Rey Malquizédek de Salem", porque él dio a este lugar el nombre de Shalem, que significa "perfección".
El Midrash prosigue con lo siguiente: Abraham también dio un nombre a este sitio. Lo llamó Yiré, que significa "él verá".
Pero el Todopoderoso quería que tuviera un nombre permanente. Se dijo entonces: Shem le puso Shalem y Abraham, Yiré. ¿Debo llamarla Yiré? Shem se ofendería. ¿Y si le pongo Shalem? Ofendería a Abraham. Combinaré los dos nombres. Llamaré este lugar sagrado "Yiré-Shalem", que ha derivado en el nombre actual Yerushaláyim, Jerusalem
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¿Cuál es realmente el significado de esta historia? ¿Qué quiso transmitir Shem con el nombre Shalem? ¿Qué intentó transmitir Abraham con el nombre Yíré? ¿Qué mensaje quiso darnos D's con el nombre Yerushaláyim?.
Shem llamó este lugar Shalem. ¿Quién era Shem? Existe una tradición más bien desconocida, que es muy interesante: Shem fue el primer estudiante, erudito y profesor de la Tora. Fundó la primera escuela de aprendizaje divino. Sus discípulos aprendieron de él los misterios de la Creación, los aspectos ocultos de la santidad; solían profundizar en las sendas del hombre y D's, que recién serían incluidas años después en la Tora. Shem era considerado como el portador de las enseñanzas divinas que comenzaron con Adán. Se le conocía bajo el nombre de Cohén gadol shel olam. "Gran sacerdote del Universo". Se sumió en las enseñanzas que le habían transmitido sus antepasados, convirtiéndose en profesor y erudito por excelencia.
Ahora bien Shem, este gran profesor, sabe que Jerusalem es un lugar extraordinario. Un sitio que contiene toda la santidad y misterio de la vida, los secretos ocultos de la alegría del alma o satisfacción espiritual, del significado, del cumplimiento o realización. Para Shem, profesor, erudito y estudiante, el objetivo de la humanidad es conocer a D's, comprender a D's, y alcanzar la sabiduría y un estado de perfección y plena realización mediante el estudio de Su Palabra.
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Shem nos dice de esa forma que se logra principalmente la esencia de ser judío a través de un proceso intelectual; es decir mediante la comprensión, el pensamiento y conocimiento. Para Shem, uno alcanza la verdad máxima a través de la mente, el intelecto, las cualidades cognoscitivas del hombre. Este era el camino que él seguía. Otras cualidades con las cuales hemos sido dotados también son importantes. Pero el componente principal para llegar a ser judío y tener una buena relación con D's es la mente. Esa mente que El nos ha dado nos ayudará a conocerlo y a alcanzar a ser "Shalem", porque El es "Shalem".
Abraham, por otra parte, le dio el nombre de Yiré. "D's verá o mostrará". Es un nombre muy peculiar, ¿Qué representa realmente?
Al revisar la narrativa de La Akedá vemos que la raíz "ra-á", "ver" o "mostrar" tiene distintos usos. En camino a la Akedá, el inocente Isaac dice a su padre, "Tienes todas las cosas para un sacrificio, ¿Pero dónde está el cordero para la ofrenda? " Su padre le contesta, "EloKim, yiré lo hassé", "D's nos mostrará el cordero". Más tarde, cuando Abraham está listo con el cuchillo en la mano para sacrificar a su hijo, su mano es detenida y un carnero, atrapado en los matorrales, es ofrecido en lugar de Isaac. Y el relato termina, "y Abraham, llamó a este lugar Ha-Shem, yiré", "D's verá"; así como se dice, "en la montaña del S' ñor, D's será visto". (Debemos recordar que cuando D's comenzó a revelarse a Abraham, en el capítulo doce del Génesis, D's le ordenó que dejara su ciudad natal para ir "a un lugar que te mostraré"). Estos son todos pasajes muy extraños.
¿Qué significa la palabra yiré? Literalmente, "D's verá o mostrará"; es decir, quizás no veamos, no comprendamos, pero D's sí ve, y finalmente nos muestra por qué se hacen algunas cosas y suceden ciertos acontecimientos,
Esto es lo que nos dice Abraham. La esencia de este lugar sagrado, la esencia de ser un judío, no está principalmente en el estudio, ni en la lucha por conocer y saber, ni en la mente. La esencia de nuestra fe eterna está en el corazón, en nuestra plena confianza en D's, en nuestra sumisión a D's, en dar nuestro corazón a D's, "Pongo mi espíritu en Tus Manos. Haz lo que quieras conmigo, soy tu siervo".
Esta visión de Abraham no es intelectual ni racional. Es una entrega total a D's, incluso más allá de lo lógico. ¿Pero quién mejor que Abraham sabe lo que significa entregarse? El Midrash nos dice: "... adoraremos y luego volveremos a vosotros" (Gen. 22:5), es decir, Abraham, volvió del Monte Moriah sólo bi-zjut hish-tajavaiá, "por su habilidad para someterse y humillarse".
Se hicieron muchos sacrificios antes de Abraham: Adán, Caín, Noé. Pero nadie antes de Abraham había entregado todo su ser: su hijo,su futuro,su destino, su comprensión lógica de D's. Abraham está listo para dar todo. Yiré: Nosotros, mortales, no vemos quizás el futuro ni el presente; puede ser sombrío, estar oculto en las tinieblas, tras unas nubes negras. No tiene sentido seguir adelante, va contra todo nuestro conocimiento, contra nuestras mentes maduras y perspicaces. Pero confiamos plenamente en El porque yiré. El ve. Y yo, como un niño debo tenerle plena confianza.
Yiré es el nombre adecuado para el lugar más sagrado del universo, porque el componente esencial del judío no es el intelecto ni una mente sofisticada. La esencia de ser judío y miembro del sagrado pueblo de Israel es convertirse en un niño. Un niño confía plenamente en su madre y tiene una fe absoluta en su padre. Un niño acepta inocentemente todo lo que D's le pida, todo lo que D's le ofrezca y no le ofrezca; todo lo que él exige y él espera. Debe llamarse Yiré, "El verá, el mostrará", porque se logra la esencia del Moriah, de la Tora y de ser judío mediante avodá. es decir, a través del servicio principalmente -no convirtiéndonos en adulto maduro sino en un niño joven y desamparado-, y no por medio del estudio.
¿Qué diferencia existe entre el estudio y la oración, entre las dos grandes cumbres del servicio, la Tora y avodá?
El estudio no es un asunto de confianza; la erudición no se basa en la fe; uno examina críticamente, analiza, enfrenta desafíos. Esto es tan cierto en un laboratorio científico como en las páginas del Talmud. No se toma nada por sentado. Uno puede alcanzar niveles muy elevados mediante el estudio: la mente toma una cierta disciplina, uno aprende a pensar con precisión, con lógica y tiene siempre la mente muy clara. El mayor logro de un ser humano es poder usar su intelecto en forma adecuada.
Pero avodá, la oración, no pertenece a la mente, sino al corazón. La oración es fe y confianza. ¿Quién reza mejor? Un niño, por supuesto, porque no siente vergüenza de sollozar, ni de Implorar ni de utilizar el lenguaje emocional del corazón. ¿Por qué tocamos el Shofar para Rosh Hashaná? Porque el Shofar es nuestra oración muda más sublime. El Shofar llora y solloza. No siempre podemos sollozar ante nuestro Padre que está en el Cielo; entonces el Shofar, que nos recuerda el sacrificio del carnero, llora y solloza por nosotros, implorándole que nos admita ante Su presencia. La oración no examina, analiza, deduce ni interroga; no es un proceso de la mente sino del corazón.
Shem lo llama Shalem: el hombre debe alcanzar la perfección mediante estudio, análisis y reflexión sobre la Tora.
Abraham lo denomina Yiré: El hombre debe llegara tener plena fe en D's por medio de la oración, devoción y entrega total.
El Midrash concluye entonces que llegó el momento de que D's ponga un nombre a ese lugar: ¿Shalem? Abraham se sentiría ofendido; es decir, su tesis de que es primordial orar como un niño pasaría al olvido, y D's no desea que esto suceda, porque el entregarse como un niño y mostrar amor son la clave de toda relación de los judíos con El.
¿Y Yiré? Esto ofendería a Shem, es decir, descartaría lo tesis de Shem que establece que el acercamiento a D's es un proceso racional e intelectual que se va desarrollando a través del estudio de la Tora y la sabiduría de D's. Esto es imposible -dice D's- porque se descubre Mi voluntad gracias al estudio de la Tora.
Entonces, no puede ser ninguno de los dos por separado. Ambos son importantes, ambos están a un mismo nivel. Llamaré a este lugar Yiré y Shalem, porque esta ciudad deberá simbolizar a un pueblo con corazón y a un pueblo con cabeza; a aquéllos que oran y aquéllos que estudian. Avodá y Tora. Los unos son cálidos, muestran su amor, inocentes, a veces poco lógicos, pero confían en D's como niños; los otros, por el contrario, son intelectuales, sofisticados, analíticos, interrogan, examinan, desafían.
Y este es el origen de nuestra fe, este lugar de donde fue creado Adán y donde aconteció la Akedá de Isaac, esta morada terrenal de la Shejiná de donde emana toda nuestra existencia, recibió su nombre y moldeó nuestras almas como judíos y nos convirtió en ese pueblo único en la historia del mundo: un pueblo que combina estudio y conocimiento de la Tora con una gran fe, confianza y amor en D's al realizar sus mitzvot.
¿Qué otro pueblo tiene una mayor tradición intelectual que el nuestro? ¿Qué otra religión pone énfasis en el estudio y conocimiento de D's? ¿En qué otra religión llaman a D's rabino, melamed, profesor, "Ha-melamed Tora le-amó Ysrael"? ¿Qué otra religión considera el mundo venidero como un bet midrash, un salón de estudio? ¿En qué otra religión es el verdadero aristócrata un erudito? ¿Qué otra religión tiene como mayor mitzvá el estudio de textos de la Tora? ¿Qué otra fe no ha impedido nunca a las masas tener conocimiento por miedo de lo que podrían hacer con él? ¿Para qué otro pueblo son el aprendizaje, la educación y el conocimiento, el saber, una finalidad en sí? Somos verdaderamente un pueblo intelectual.
¿Pero qué otro pueblo conoce mejor que nosotros los límites de la mente y los peligros del intelecto? ¿Qué otro pueblo ha sufrido tanto como nosotros por la arrogancia que hemos tenido que soportar por las conquistas de la mente? ¿Qué otro pueblo ha experimentado tanto como nosotros la crueldad, bestialidad que surge al tener plena confianza en la mente y nada en el corazón?
Hemos presenciado en nuestro siglo a qué puede llegar un pueblo cultivado, con grandes conocimientos científicos y filosóficos, que no es moderado ni limitado por su corazón, sentimientos, amor ni emociones, que casi destruyó al mundo entero, y asesinó cruelmente a un tercio de nuestro pueblo.
No, dicen los judíos, no basta la mente o el intelecto. Deben complementarse con sentimientos, emociones y afecto.
Sí, debemos ser adultos, tener madurez y disciplina; pero también debemos ser niños, somos seres desamparados; hoy estamos aquí pero mañana ya nos habremos ido; somos como jeres ha-nishbar, "un tiesto quebrado".
¿Conquista tecnológica? ¿Viajes a Saturno y Júpiter? Somos igual que si no fuésemos nada. No sabemos nada. No vemos nada.
Sólo El ve: yiré. Un mal paso y ya no existimos. Un golpe en el cuerpo y lloramos de dolor. Deja de latir nuestro corazón unos instantes, la rueda anda mal unos segundos y desaparecemos, y todo nuestro orgullo, nuestras conquistas intelectuales son ke-jalom ya-uf, como "un sueño que se desvanece".
Pero el corazón por sí solo no nos da tampoco pleno dominio, porque amor, sentimiento y emoción, sin el respaldo de una disciplina y aprendizaje, sin conocimiento ni trabajo ni estudio, sólo conducen a un sentimentalismo pseudoreligioso más bien vago y confuso, lo que finalmente puede ser tan peligroso como la mente por sí sola. Lo sabemos porque hemos sufrido mucho durante dos mil años en manos de una religión que predica amor y corazón, pero por el otro lado "da la otra mejilla", y sus seguidores se encuentran sin Mitzvot, ni exigencias, ni disciplinas.
Por ello nuestra sagrada tarea como judíos es fusionar ambas tendencias: la niñez y el estado adulto; madurez e inocencia; una sabiduría compleja con la ingenuidad de un niño; Tora y Avodá; yiré y shalem: es decir, una mente analítica, lógica, disciplinada, que pone todo a prueba y enfrenta todo desafío y un corazón anhelante, sensible, entusiasta, soñador, ansioso.
Vemos claramente la fusión de estas dos cualidades en el Shemá Yisrael. Existe esa entrega total como la de un niño, "con todo tu corazón y toda tu alma", pero a la vez se pone énfasis sobre la mente, el intelecto, "y deberás enseñárselas esmeradamente a tus hijos"; es decir, ama a D's, confía en El, conócelo y estudia a D's, cumple con sus mitzvot y conócelas, Somos grandiosos. Podemos crear, construir y conquistar el universo; pero por otra parte no somos nada, sólo polvo y cenizas.
¿Qué diferencia a un judío? Su conocimiento y el poder discernir cuándo dar mayor importancia a la mente y cuándo al corazón; cuándo ser preciso, complejo, lógico, adulto, y cuándo ser niño, inocente, confiado; cuán-do desafiar y enfrentar y cuándo aceptar y someterse.
Somos una amalgama, una mezcla, una fusión de ambas tendencias. Somos poderosos, podemos caminar en la luna y no somos nada; frágiles, vulnerables; "el viento se lo lleva y no queda nada". Somos Yiré, somos Shalen, y más todavía ¡somos Yerushaláyim!
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Parashat "Ekev"
Esta semana leemos la sección de la Torá llamada "Ekev". En la misma encontramos el siguiente versículo (Devarim 7: 12): "Será, por causa de que escucharen estas ordenanzas y las guardaren e hicieren a ellas, cuidará Hashem tu Di-s el pacto y la benevolencia que juró a vuestros padres".
La expresión mencionada "por causa", en el original en hebreo es “ekev”. Respecto a la interpretación de este término, hay algunas variantes. Una de ellas consiste en darle el sentido que le dimos en la traducción del versículo aquí arriba. Otra posibilidad es interpretar la sentencia “ekev” como "talón", o "final". Si utilizamos esta última variante, el versículo nos quedaría de la siguiente manera:
"Será, si al final escucharen estas ordenanzas y las guardaren e hicieren a ellas, cuidará Hashem tu Di-s el pacto y la benevolencia que juró a vuestros padres".
Los sabios dijeron, que toda vez que en la Torá dice "será", se refiere a una expresión de alegría.
Ahora que tenemos conocimiento de esta regla, la aplicaremos a nuestro versículo, y nos queda así:
1"Será" - una gran alegría en el Cielo, si "al final" - cuando sean los últimos días del exilio, es decir, en la época de "los talones mesiánicos", en la cual fue profetizado que sobrevendrán sobre los integrantes del pueblo de Israel pruebas durísimas y amargas (como las que estamos atravesando), y con todo eso "escucharen" - la voz de Di-s y guardaren Su Torá, entonces sin lugar a dudas, habrá una gran alegría en todo el mundo por la redención final, que llegará para terminar con todas las aflicciones y angustias, y trocar esos disgustos por bienestar y placer verdaderos.
Lo que sucederá en esta época:
En esta época de “los talones mesiánicos”, que es la actual en la que vivimos, un pequeño acto que realicemos haciendo la voluntad de Di-s, alcanza una fuerza muy grande, a tal punto que el mismo puede revertir situaciones netamente adversas. Ya que, como es sabido, vivimos en un tiempo donde los sinsabores se multiplican, y pereciera no haber salida. Por eso, si nos sobreponemos a esto, y pese a los contratiempos cumplimos con la voluntad de Di-s, entonces, con una acción muy pequeña, podemos contrarrestar enorme cantidad de desdichas. No en vano consta en los escritos sagrados que el décimo periodo de hambre que habrá en el mundo (ya hubo nueve) no será de escasez de alimento, sino de la palabra de Di-s.
En la actualidad, pese a que hay energía eléctrica por todas partes, y por esa causa el mundo está alumbrado a toda hora, con todo eso, vivimos en la oscuridad. La luz que tenemos es solo material, pero espiritualmente hablando, no tenemos mucha luz, y por eso somos llamados la generación huérfana (así consta en el libro Leb Eliahu y otros). Por eso, al ser que con todo eso nosotros seguimos adelante y nos esforzamos en cumplir los preceptos de Di-s, por esa causa, en mérito de este gran esfuerzo, la retribución será muy grande, acorde a nuestro proceder.
En la época del Talmud ya había claros ejemplos de situaciones como las que mencionamos. Por citar alguno de ellos, diremos que en el tratado de Taanit 21b, se narran varios sucesos que muestran como por el mérito de un pequeño acto de una persona se anularon graves decretos.
Algunos ejemplos:
Por ejemplo, cierta ocasión hubo un incendio que se propagó por toda la ciudad de Drokart, aunque un barrio de la misma no fue afectado en lo más mínimo. Al contemplar ese milagro, los sabios se preguntaban por que causa sobrevino. La respuesta a esta cuestión les fue revelada a través de un sueño. En el mismo les dijeron que la salvación de esa vecindad ocurrió por causa de cierta señora que vive en esa vecindad y cada víspera de Shabat calienta su horno para que sus vecinas carentes vengan a su casa y horneen en forma gratuita su pan para la comida del Shabat.
Otro suceso similar aconteció en Sura, donde se propagó una terrible epidemia que afectó a toda la ciudad. Sin embargo, había un barrio que milagrosamente no contrajo la enfermedad. Los sabios al ver este acontecimiento sobrenatural se preguntaban por que causa esta zona barrial había sido protegida de tal flagelo, no siendo afectada en lo más mínimo. La respuesta a esta cuestión la obtuvieron a través de un sueño. En el mismo les fue revelado que se debe a cierto individuo que vive allí, y acostumbra prestar su pico y pala cada vez que dichas herramientas son requeridas para enterrar a los difuntos en ese lugar.
Actos aparentemente tan pequeños, alcanzaron para salvar a un barrio entero. Tengamos en cuenta que en la actualidad, a causa de las duras pruebas que atravesamos, es mucho más difícil realizar este tipo de actos como los mencionados. Además, sumemos a ello que el Todopoderoso otorga la recompensa de acuerdo al esfuerzo de la persona, y no solo por el resultado de lo que hizo, llegamos a la conclusión que el pago por hacer alguna cosa acorde a la voluntad del Eterno debe ser muchas veces mayor al recibido por aquellas personas que lo hicieron en épocas de antaño, cuando las tentaciones a pecar eran menores. Por eso, multipliquemos el pago que ellos recibieron varias veces, y llegamos a la conclusión de que el efecto de nuestras buenas acciones puede terminar con la dura situación que atravesamos, logrando que llegue la redención final. Y no olvidemos, que los sabios han dicho que falta muy poco, por lo que si perseveramos, seguramente lo lograremos.
Por la razón expuesta, ante la notable trascendencia que puede alcanzar cada acción por nosotros realizada, es necesario saber que es lo principal y prioritario, y en que debemos trabajar en nosotros mismos para poder triunfar y alcanzar el éxito:
Analizando:
Si bien todos los preceptos son de vital importancia, hay algunos que sobresalen. Examinemos para dilucidar esto, el momento en el cual Di-s entregó la Torá a Israel:
Inmediatamente de sacar al pueblo judío de Mitzraim (Egipto), era intención de Di-s hacerlos ingresar a la Tierra Prometida. Pero ¿qué pasó?. En el trayecto hacia Israel, cada vez que acampaban y también cuando emprendían la marcha, los hijos de Israel no se comportaban de la mejor manera, y eso causó una demora de cuarenta años en el desierto.
Enseguida uno se hace una pregunta lógica ¿cómo sabemos esto y qué es lo que hicieron para merecer un castigo semejante?. La respuesta la obtenemos en los versículos de la sección de la Torá llamada “Masaei”. Allí consta claramente el comportamiento del pueblo de Israel durante el viaje, pues los versículos anuncian "acamparon en...", "marcharon..." siempre en plural, lo que demuestra que no eran un pueblo, sino varias individualidades que lo componían y las marchas se desarrollaban en medio de permanentes discusiones.
Esta situación prosiguió así, hasta que llegaron al Monte Sinaí. En ese sitio todos se unieron y ya no discutían entre ellos, por eso el versículo declara (Shemot 19: 2): "Acampó allí Israel", en singular, demostrando que estaban todos unidos y ya no había discusiones.
Al ver esto Di-s dijo: "Ha llegado la hora de entregar la Torá a Mis hijos". (Midrash Eijá: petijá 20)
Resulta de aquí, que la unión (o sea, el cese de las discusiones) fue el motivo de la construcción (la entrega de la Torá que derivaría en la construcción del Templo Sagrado permitiendo así la proyección de la Divinidad en el mundo). Aunque esta época de esplendor no duró mucho, ya que el pueblo comenzó a desobedecer al Todopoderoso. Los hijos de Israel cometían con asiduidad actos idólatras, derramaban sangre, y cometían adulterio. Por eso, el pueblo judío fue desterrado brutalmente, y tras 410 años de estar en pie, el Primer Templo Sagrado fue destruido por el rey Navujadnetzar (Nabucodonosor).
Pero fue reconstruido:
70 años más tarde, el Templo Sagrado es reconstruido. Esta vez estaría en pie por espacio de 420 años, hasta que también resultaría quebrantado. Pero luego de esta última destrucción, han pasado 70 años, luego otros 70, y otros 70 más. Sin embargo, la espera prosigue, y mientras tanto, debemos soportar este duro exilio en el que nos hallamos inmersos.
Al contemplar la tan larga espera para que el Templo sea reconstruido nuevamente y la paz vuelva a reinar en el mundo, uno se pregunta ¿cuál fue la causa tan terrible de la destrucción de este Segundo Templo Sagrado? ¿Hay acaso algo más grave que las razones que llevaron a la caída del Primer Templo?. ¿Existe un pecado peor que matar a otro ser humano, practicar la idolatría, o mantener relaciones prohibidas?. Pues si en el segundo Templo Sagrado el pueblo hizo eso, y tras 70 años el mismo fue reconstruido ¿por qué tras la destrucción del segundo debemos esperar tanto? ¿Qué es eso tan grave que hemos hecho para merecer semejante castigo?.
Sucedió que las discusiones entre los integrantes del pueblo judío que mantuvieron entre ellos hasta que llegaron al monte Sinaí y les habían impedido recibir la Torá hasta ese momento, las mismas volvieron a las bocas de los Hebreos causando la destrucción del Templo Sagrado. Este daño es muy difícil de reparar, y por eso hace tanto tiempo que aguardamos por la reconstrucción del Templo Sagrado.
Los sabios revelaron que: “el último Templo Sagrado se destruyó por causa de odio gratuito”. (Es decir, debido a la falta de comprensión entre uno y otro, lo cual derivó en discusiones fatales, como la narrada por el Talmud en el tratado de Guitin 58, donde se produjo una riña a causa de odio y resquemor entre Kamtza y Bar Kamtza. Pues un sujeto organizó una fiesta, y mandó a invitar a su amigo Kamtza, sin embargo, el mensajero se equivocó e invitó a Bar Kamtza. Este último se sorprendió por el convite, pero de todos modos fue. Cuando llegó, el anfitrión lo expulsó de la velada aludiendo de que no era su intención invitarlo. Bar Kamtza pidió clemencia, para no pasar vergüenza yéndose de ese modo y ofreció pagar hasta la mitad de los gastos totales de la fiesta. Pero el anfitrión no le permitió quedarse. Por eso Bar Kamtza se enojó y tramó una gran mentira, fue y comunicó al gobierno romano que “los judíos se revelan contra el régimen romano”. Por eso, estos últimos se enfadaron con los hijos de Israel y destruyeron el segundo Templo Sagrado.
Si Kamtza hubiera dejado de lado su odio, rencor y resquemores por no haber recibido la invitación para la fiesta de su amigo, y hubiese ido a preguntar que sucedió, se hubiera ahorrado esta discusión entre Bar Kamtza con el anfitrión, evitándose así un hecho tan grave como el que finalmente aconteció.
Esto es lo que debemos saber:
Queda claro que debemos trabajar mucho en nosotros para no discutir, pues de esta manera construiremos nuestro hogar, que a su vez afectará a los demás hogares, y al mundo entero. Así se producirá una unión total, como la que hubo en el monte Sinaí, y a través de ello, demostraremos al Todopoderoso que estamos en condiciones de vivir como pueblo unido, posibilitando de ese modo la construcción del Tercer y definitivo Templo Sagrado.
La eficacia y consecuencias de la realización de un pequeño acto que provocará una reacción en cadena afectando a nuestro entorno, luego al de los demás, y finalmente al mundo entero, es algo que podemos encontrar con lujo de detalles en el Talmud, precisamente en el tratado de Kidushin 40. Allí se explica que debemos considerar a nuestros actos y los del mundo entero, como que se encuentran sobre una gran balanza. La misma contiene en uno de los platillos a los pecados realizados, y en el otro a las obras de bien efectuadas, estando ambos platillos en perfecto equilibrio. Haciendo una sola obra de bien producimos indefectiblemente el desequilibrio, que afectará tanto a nosotros, como al mundo entero.
Es por lo que hemos mencionado, que nuestra misión que debemos realizar es clara, solo hace falta poner un poco de buena voluntad y el estado del mundo puede revertirse por completo. Todo está en nuestras manos y en la manera en la que nos conduzcamos en nuestros hogares, pues eso se reflejará también fuera de ellos.
De todos modos, cabe aclarar que pese a lograr el objetivo de mantener la paz en nuestras casas y fuera de ellas, igualmente es menester esforzarnos al máximo posible en no cometer otras infracciones que arruinen todas estas obras buenas que hacemos con tanto empeño, dedicación y esmero.
Como lograrlo:
Para lograr lo que hemos expuesto, hemos de tener siempre presente aquel versículo que declara (Devarim 11: 14): "Recolectarás tu cereal, tu vino y tu aceite".
Este versículo ha sido explicado magníficamente por nuestros sabios en el Talmud, más precisamente en el tratado de Berajot 36:
Allí mencionaron lo expresado por el versículo "Recolectarás tu cereal...", y preguntaron al respecto ¿qué es lo que estas palabras pretenden enseñar?.
Luego respondieron, es por lo que está escrito en el libro del profeta (Yoshúa 1: 8): "No se aparte el libro este de la Torá de tu boca". Preguntaron entonces ¿Es posible tomar las palabras en forma textual, tal como están escritas, o hace falta interpretarlas?. Y respondieron, ¡Seguro que hace falta interpretar esto!. Pues si no se aparta el libro de la Torá de tu boca en ningún momento, ¿Cómo cumples con el versículo que declara que debes recolectar tu cereal?.
Luego de presentada esta aparente contradicción entre los versículos, resolvieron brillantemente la cuestión: “La explicación es, que debes recolectar tu cereal cuando llega el momento de ello, pero mientras trabajas debes conducirte según las normas de la Torá, esto es "no se aparte el libro este de la Torá de tu boca", inclusive cuando haces tu labor. (Rabí Yshmael).
Conclusión:
Resulta de aquí, que debemos vivir permanentemente con las palabras de la Torá y aplicarlas a nuestra vida a cada momento, ya que si el Talmud nos recuerda que lo hagamos mientras trabajamos, que es la actividad básica necesaria para poder subsistir, siendo necesario concentrarse totalmente en ello,(como Aba Jilkía que se compenetraba totalmente en su trabajo, tal como consta en el Talmd, tratado de Taanit 23) más aun cuando desarrollamos actividades de otro tipo que no son esenciales para sobrevivir.
Donde vayamos, tenemos que llevar con nosotros las palabras de la Torá. Si pasamos por un comercio que expende dulces, y vemos allí una oferta de deliciosos alfajores, pero los mismos no tienen un certificado de aprobación “Kosher” (aptos según las leyes de la Torá), en ese caso debemos abstenernos de consumirlos. Eso es llevar la Torá con nosotros a todos lados.
Asimismo, cuando asistimos a un lugar sagrado, como ser una sinagoga para recitar nuestras plegarias, es necesario llevar hasta allí la Torá con nosotros. Pues es posible caer en la tentación de pensar que al uno estar en un lugar sagrado, con eso ya es suficiente para hacer la voluntad de Di-s, y por eso es permitido dar rienda suelta a todos los deseos que uno tiene en ese momento, como ser, hablar con el compañero de lo que no sucedió durante el día mientras las plegarias son recitadas por la congregación, etc. Errores como este es posible evitarlos llevando siempre con nosotros las palabras de Torá que aprendimos, inclusive a la sinagoga.
De esta manera, por citar un ejemplo, si estamos recitando una alabanza y comienzan a decir "kadish" (alabanza muy elevada que se recita en varias ocasiones, y también como homenaje por las almas de los difuntos), si hemos llevado las palabras de la Torá aprendidas con nosotros, sabremos que debemos interrumpir nuestra alabanza para prestar atención y contestar “amén” tras el recitado del “kadish”, y no continuaremos con lo nuestro hasta que el recitado del “kadish” concluya. De esta manera honraremos a una alabanza pública y grupal, dejando de lado la nuestra particular, y a través de esta unión alcanzada a través de prestar la totalidad de la congregación atención a una misma cuestión, en mérito de ello, el Todopoderoso atenderá a cada alabanza de cada uno en particular.
También debemos actuar del mismo modo cuando asistimos a una clase de Torá, allí es necesario tratar de absorber conocimientos para luego aplicarlos a nuestra vida cotidiana, evitando distraer al disertante o a los demás participantes de la clase con acotaciones que no tienen relación con lo que se está enseñando. Por lo tanto, es menester saber, que es necesario llevar con nosotros la Torá hasta a la casa de estudios.
Veamos una nueva variante:
Este asunto es abordado por el libro Hor Hatzadikim, donde se lo relaciona con nuestra sección semanal que leemos esta semana:
Allí se cita el versículo (Devarim 7: 12): "Será, por causa de que escucharen estas ordenanzas y las guardaren e hicieren a ellas, cuidará Hashem tu Di-s el pacto y la benevolencia que juró a vuestros padres".
El concepto, "por causa...", en Hebreo, se dice "ekev", y nosotros lo tradujimos como "por causa", pero pero tal como dijimos al comienzo, hay otras explicaciones, por ejemplo también se lo puede interpretar como "talón".
Lo mismo acontece con "escucharen", que en Hebreo se dice "tishmeún", también existe la posibilidad de interpretar este concepto como "entendieren":
Tomando estas dos últimas interpretaciones llegaremos a una extraordinaria conclusión. Para ello tengamos en cuenta que el talón es el primer sector del pie que se apoya tras dar un paso. Entonces, aplicando al versículo estas variantes resulta del mismo esta interesante enseñanza:
Antes de cada paso que el individuo se dispone a dar, debe antes "escuchar" y "entender", si con ese paso hará la voluntad de Di-s o no.
¡Si ve que efectivamente hará la voluntad de Di-s, que de ese paso, y de lo contrario, que no lo de!.
El Eterno ayude a cada uno a dar los pasos correctos para lograr la unión que hace falta para que volvamos a ser todos un solo pueblo, y no muchos integrantes que lo componen. Logrando este objetivo, seguramente podremos gozar nuevamente de las bendiciones y beneficios del Templo Sagrado, permitiendo que la paz y felicidad regresen a Israel.
Shabat Shalom.
El Significado de la Vida
Por. Rav Noaj Weinberg
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